domingo, octubre 30, 2011

La Mujer Regalada

Atacaban Constantinopla los ingleses y fracasaron en su empeño gracias a los consejos del general Sebastiani.
Agradecido el sultán Selim, dijo a éste:
-Pídeme cuanto quieras y te lo concederé.
-Ruego a Su Alteza que me deje ver el harem.
-Está bien, lo verás.
Luego de haberlo visitado, le preguntó el sultán:
-¿Te agradó alguna de las mujeres que viste?
-Sí -respondió el general. Y señaló a una de ellas.
-Está bien -dijo nuevamente el sultán.
Y en la noche, el general Sebastiani recibió en un plato maravillosamente cincelado la cabeza de la mujer que lo cautivara, con este mensaje.
"En mi calidad de musulman, no podía ofrecerte a ti, cristiano, una mujer de mi religión. Pero puedes estar seguro de que ésta, en la que demoraste tus miradas, ya no pertenecerá a nadie en la tierra.

Edmon y Jules de Gouncourt: Diario

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