miércoles, abril 27, 2011

martes, abril 26, 2011

Anika / Anika (2010)

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Había escuchado un par de canciones, pero cuando una amiga recomendó todo, fue una sorpresa, una voz, sonidos y en si las variantes de el disco es muy recomendable, cambios que dan un contexto dinámico y al mismo tiempo con un hueco hace que un tiempo -muerto- sea placentero, la semana se pintó de tonos grises pero no significa que sea triste, sino texturas que se acoplan a días bipolares.

sábado, abril 16, 2011

Amores Perros


Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes.

Credo


Aquí estoy...
En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando
a que me llamen...
Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita
y condenada
y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro
y me ha dicho severo:
No, no es la hora todavía... hay que esperar...
Y aquí estoy esperando...
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
haciendo examen de conciencia,
escudriñando agudamente mi vida...
¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... Todo lo perdí.
Sólo mis ojos saben aún llorar. Esto es lo que me queda...
Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:
Otra vez lo haré mejor, Señor,
porque... ¿no es cierto que volvemos a nacer?
¿No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?
Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos... Otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente, muy lentamente,
a través de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados...
para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.
Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.
Sin embargo pasan los siglos y el alma está, en otro sitio...
¡pero está!
Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen el infierno, el infierno purificador,
al final del cual está la Luz, el Gran Dios, esperándonos.
Ni el infierno... ni el fuego y el dolor son eternos.
Sólo la Luz brilla sin tregua,
diamantina,
infinita,
misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos...
Ahí está siempre con sus divinos atributos.
Sólo mis ojos hoy son incapaces de verla...
estos pobres ojos que no saben aún más que llorar.
León Felipe
foto by: nakedflavour.com

El Descuido

Cuentan:
El rabí Elimelekl estaba cenando con sus discípulos. El criado le trajo un plato de sopa. El rabí lo volvió y la sopa se derramó sobre la mesa. El joven Mendel, que sería rabí de Rimanov, exclamó:
-Rabí, ¿qué has hecho? Nos mandarán a todos a la cárcel.
Los otros discípulos sonrieron y se hubieran reído abiertamente, pero la presencia del maestro los contuvo. Éste, sin embargo, no sonrió. Movió afirmativamente la cabeza y dijo a Mendel:
-No temas, hijo mío.
Algún tiempo después se supo que en aquel día un edicto dirigido contra los judíos de todo el país había sido presentado al emperador para que lo firmara. Repetidas veces el emperador había tomado la pluma, pero algo siempre lo interrumpía. Finalmente firmó. Extendió la mano hacia la arena de secar, pero tomó por error el tintero y lo volcó sobre el papel. Entonces lo rompió y prohibió que se lo trajeran de nuevo.
Martín Buber

jueves, abril 14, 2011

El Secreto De Sus Ojos


Una persona puede cambiar de nombre, de calle, de cara…pero hay una cosa que no puede cambiar… no puede cambiar de pasión.

Los Perros Románticos


En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el espacio de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
Y aquí me voy a quedar.

Roberto Bolaño

Hablaba Y Hablaba...

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
Max Aub

miércoles, abril 13, 2011

No Country For Old Men


It's not that I'm afraid of it. I always knew you had to be willing to die to even do this job. But I don't want to push my chips forward and go out there and meet something I don't understand. A man would have to put his soul at hazard. He'd have to say "Okay, I'll be a part of this world.

Primera Velada



Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana arrimaban,
pícaros, su fronda pícara.

Asentada en mi sillón,
desnuda, juntó las manos.
Y en el suelo, trepidaban,
de gusto, sus pies, tan parvos.

–Vi cómo, color de cera,
un rayo con luz de fronda
revolaba por su risa
y su pecho –en la flor, mosca,

–Besé sus finos tobillos.
Y estalló en risa, tan suave,
risa hermosa de cristal,
desgranada en claros trinos…

Bajo el camisón, sus pies
–¡Basta, basta!» –se escondieron.
–¡La risa, falso castigo
del primer atrevimiento!

Trémulos, pobres, sus ojos
mis labios besaron, suaves:
–Echó, cursi, su cabeza
hacia atrás: «Mejor, si cabe…!

Caballero, dos palabras…»»
–Se tragó lo que faltaba
con un beso que le hizo
reírse… ¡qué a gusto estaba!

–Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillasa
la ventana asomaban,
pícaros, su fronda pícara.
Arthur Rimbaud
foto by: www.anneconstancefrenoy.com

Llamada

El último hombre sobre la Tierra está sentado a solas en una habitación. Llaman a la puerta.
Fredric Brown 

martes, abril 12, 2011

La Sociedad De Los Poetas Muertos


El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente; sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro; y examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida.

Tu Perro Se Muere


lo atropella una furgoneta.
lo encuentras a la orilla de la carretera
y lo entierras.
te sientes mal.
te sientes mal por ti mismo,
pero te sientes peor por tu hija
porque era su mascota
y lo quería mucho.
solía canturrearle
y lo dejaba dormir en su cama.
escribes un poema sobre ello.
lo titulas un poema para tu hija
y trata del perro al que atropella una furgoneta,
de cómo te ocupaste de él,
lo llevaste al bosque
y lo enterraste hondo, muy hondo,
y el poema sale tan bien
que casi te alegras de que hayan atropellado
al pobre perro, si no, no habrías escrito
nunca ese poema.
entonces te sientas a escribir
un poema sobre la escritura de un poema
que trata de la muerte de ese perro,
pero mientras escribes oyes
a una mujer gritar
tu nombre, tu nombre de pila,
ambas sílabas,
y tu corazón se para.
dejas pasar un rato y vuelves a escribir.
ella grita de nuevo.
te preguntas hasta dónde puede llegar.
Raymond Carver

El Amo Confiado Y El Criado Inocente

En el tiempo en que Maximiliano César estaba con un numeroso ejército sitiando a Padua, un gentilhombre con su familia escapó a refugiarse a Mantua, y me contó que antes de la guerra vino a esta ciudad un joven alemán, que se puso al servicio de un gentilhombre en calidad de mozo de cuadra, porque no sabía hacer otra cosa más que cuidar de los caballos. Era de aspecto simpático, pero de una inocencia tal, que se le podía hacer creer cuanto se deseara.
El gentilhombre al servicio del cual estaba, tenía pasión por los pájaros y pasaba todo el día ocupado en cacería. Como el alemán no se ocupaba más que de la cuadra, el amo creyó poder confiarle el cuidado de que le limpiase las botas y se las engrasara para que estuviesen bien flexibles.
Arrigo, que así se llamaba el alemán, tenía de veinticuatro a veinticinco años, pero aún no había experimentado lo que era meter el diablo en el infierno, y como comía, trabajaba y bebía como un alemán, estaba siempre con el arco tendido, sin saber qué remedio hallar para su mal.
Había notado varias veces que las botas de su amo, por duras que estuviesen, se volvían blandas y flexibles después de engrasadas y puestas al sol, y el inocente joven imaginó encontrar de la misma manera el medio de enternecer y poner flexible su instrumento. Así es que se desabrochó la bragueta y se puso a frotar su miembro con la grasa al sol, sin conseguir ningún resultado, porque siempre estaba hinchado y no se ablandaba nada; pero él perseveraba en la ocupación, pensando que a fuerza de grasas conseguiría su propósito.
Un día, la esposa del gentilhombre salió al patio para hacer ciertas necesidades y vio detrás de la cuadra a Arrigo con su pieza en la mano, en actitud de frotársela con las grasas. La tenía blanca como la nieve, y a la dama le pareció la cosa más bella y dulce del mundo. Se sintió de súbito presa de un gran deseo de probar qué tal servicio le haría, porque la de su marido no era la mitad de gruesa ni de nerviosa. No tardó en hacer llamar a Arrigo para hablarle del servicio de la cuadra, y le dijo:
-Arrigo, yo no sé cómo decirte lo que pienso. En menos de quince días has empleado más grasa para las botas del amo que en tres meses los otros servidores. ¿Qué quiere decir esto? No dudo que haces otro uso de ella o que la vendes. Dime la verdad. Necesito saberlo. ¿Qué es lo que haces?
Arrigo entendió bien lo que le decía, pero no sabía expresar en italiano su pensamiento. Inocente y sencillo, dijo lo que le sucedía, y para explicarlo mejor se desabrochó los calzones y presentó su pieza en la mano delante de la señora, que se estremecía de gusto y ya tenía la boca hecha agua, y le explicó cómo empleaba la grasa, añadiendo que el remedio no le hacía ningún provecho.
-Voy -dijo entonces la mujer-, puesto que eres un fiel servidor, a manifestarte que eso que haces es una verdadera tontería, que de nada sirve a tu enfermedad; yo, con la condición de que no se lo digas a nadie, te enseñaré un excelente remedio. Ven conmigo y verás, así que yo te lo haga, como esa gran pieza se queda pequeñita y blanda como una pasta.
El marido estaba fuera de la ciudad y no había en la casa nadie que la dama pudiese temer que la viera; así, condujo al joven a su cuarto, y para darse placer con él, hizo que cinco veces seguidas se frotara en su grasa.
El remedio pareció admirable al alemán, y todo marchó a maravilla entre los dos. Cada vez que había facilidad y sentía enderezarse su pieza, se la ablandaba con la grasa de la señora.
Sucedió que como Arrigo se aficionaba más a esta grasa que a la de las botas, llegó un día en que el señor quiso ir de caza y no encontró su calzado limpio ni engrasado, y montó en gran cólera por este motivo. El bueno de Arrigo no sabía qué decir.
-¿Qué quieres tú que yo haga ahora, alemán borracho? -gritaba el amo-, ¿qué quieres que yo haga, miserable poltrón? Estas botas están tan duras y tan secas, que ni tú ni nadie podrá ponérmelas. Eres un gandul y un animal.
El muchacho, temblando de miedo a ser azotado, respondió:
-No se incomode usted, señor; no se incomode usted, que en un momento yo las pondré flexibles.
-¡Mala peste te dé, perro cochino! -exclamó más enfurecido el dueño.
Viendo que aumentaba la cólera de su señor, casi fuera de sí, Arrigo dijo:
-Sí, sí señor. Yo voy a hacer lo necesario, si usted tiene un instante de paciencia. En cuanto yo las meta una vez en el vientre de mi señora, le aseguro que se ablandan.
El amo quiso saber qué receta era esa para tan súbito cambio, y entonces el alemán le explicó lo sucedido con detalles.
Viendo que la suerte lo había hecho señor de Corneto, el amo no dijo nada por lo pronto, pero a los pocos días manifestó al alemán que podía buscar otro dueño pues él no tenía más necesidad de sus servicios.
Mateo Bandello 

martes, abril 05, 2011

Doce Monos

La verdad es que muy pocos de nosotros somos enfermos mentales. No digo que tú no lo seas, por lo que yo se tú estás.... ¡estás más loco que una cabra! Pero no estás aquí por eso, no estás aquí por eso, ¡¡NO ESTÁS POR ESO!! Estás aquí por el Sistema. Ahí está la tele. Todo esta ahí, todo esta ahí. Mira, escucha, arrodíllate, reza los anuncios. Ya no somos productivos, ya no nos necesitan para hacer cosas, todo esta automatizado. ¿Para qué estamos aquí? Somos consumidores Jim. De acuerdo, compra muchas cosas y seras un buen ciudadano, pero sino compras muchas cosas, sino compras ¿qué es lo que eres? Pregunto ¿QUÉ? Un enfermo mental. Los hechos Jim, los hechos. Sino compras cosas: papel de vater, coches nuevos, batidoras computerizadas, artilugios sexuales eléctricos, sistemas de sonido con auriculares en el cerebro, destornilladores con dispositivo de radar incorporado, ordenadores activados por voz...

Proverbios Del Infierno



En tiempos de siembra aprende, en tiempos de cosecha enseña
y en el invierno goza.

Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.

La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad.

Quien desea y no actúa engendra la plaga.

El gusano perdona al arado que lo corta.

Sumergid en el río a quien ama el agua.

La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo.

Las horas de la locura las mide el reloj,
pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.

No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas.

El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti.

Las prisiones se construyen con piedras de Ley; los burdeles
con ladrillos de religión.

El rugir de los leones, el aullido de los lobos, el oleaje furioso del mar huracanado
y la espada destructora, son porciones de la eternidad demasiado grandes
para que las aprecie el ojo humano.

El júbilo impregna; las penas engendran.

La cisterna contiene; el manantial rebosa.

Si estás siempre listo a expresar tu opinión, el vil te evitará.

Nunca el águila malgastó tanto su tiempo como cuando se propuso aprender del cuervo.

Del agua estancada espera veneno.

El débil en coraje es fuerte en astucia.

Si otros no hubiesen sido tontos, lo seríamos nosotros.

El cuervo quisiera que todo fuese negro; el búho, que todo fuese blanco.

La verdad nunca puede decirse de modo que sea comprendida sin ser creída.
¡Suficiente! o demasiado.

William Blake

lunes, abril 04, 2011

Los Cíclopes

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen, los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y di nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esta isntantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un sólo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Julio Cortázar

domingo, abril 03, 2011

James Blake / James Blake (2011)

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Recuerdo la primera vez que escuché este disco, fue en un momento difícil, en todos los sentidos, justo ayer de -casualidad- la pusieron en un barcito, donde generalmente esta música no se escucha, fue la canción con la cual me quede pensando, y justo hoy termina otra etapa más, se cierra un ciclo donde hubo una mezcla de todo, me vino a la mente éste disco, es  exactamente lo que siento, y pienso, de nuevo a empezar un proceso de ceros, pero con ese sonido y esa esencia que eriza los pelitos del cuerpo, no está demás tener un excelente fondo musical y saber que el tiempo es parte esencial, que empiece un nuevo mes, que empiecen cosas nuevas, que hoy un amigo celebra y otros simplemente reflexionamos…

sábado, abril 02, 2011

El Viaje De Chihiro


La vida es extraña, tan solo una fantasía de la que se aprovechan los humanos.

Canción De Una Amada



1. Lo sé, amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,
y me tumbo en las piedras. Me veis beber el aguardiente más
barato, y camino desnudo al viento.

2. Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.

3. Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba
es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.

4. Ella vio que yo era malo, y me amó.

5. No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,
y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:
esto es todo. Y fue mi cuerpo.

6. Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una
nube cuando ha llovido, la abandoné y cayó, pues ése era su camino.

7. Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,
pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí, y me inclino ante
el viento.
Bertolt Brecht

viernes, abril 01, 2011

El Hereje Rebelde

Desde el estrés del Jefe el edén decrece, el excedente le pertenece, se ejercen leyes dementes, se debe beber detergente en vez de leche, ser pelele, ser pedestre, ser deferente; es menester entretenerse en tejer redes, en prender rebeldes. En el este, trece rehenes perecen de sed; en el frente fenecen de herpes, de peste. El edén ennegrece, se pretende reprender herejes, perderles.
-¡Eh, Esther, ven!, relee el deber. El jefe se excede.
-¿Prevees el tren del semestre?...
Me enteré del brete de gente decente en el este: nenes, bebés perecen. El clemente es el Hereje Rebelde: desprende el ente del crecer, mete el entender, cede excelentes mercedes. El Rebelde merece el belvedere…
-Esther, eres efervescente. Ten en mente el menester del Jefe, es rete vehemente, de repente crece, reverdece, expele seres…
-Ese vejete me prende. Es jefe, regente, gerente. Perennemente deberes: “llévenme el neceser”, “llénenme de peces”, “repten”, “trepen”, “dejen de verme”, “récenme preces”, “enderécense”, “respétenme”, “festéjenme”, “perseveren”, “refrénense”, “esperen”, “vegeten”, “déjense”. Se cree el Ser, el Tres Reyes; es el jején del edén.
-¡Esther! ¡Detente! ¿Pretendes descreer de Él?
-¡Efrén, temerle es endeblez! ¡El presente debe ser del Rebelde! Él es terrestre, es el envés del Jefe. De él es ese “dejen de depender”, ese “mézclense”, ese “bésense”, ese “deséense”. El entender debe extenderse.
-¡Esther, se te mete el Rebelde!
-¡Emerge Efrén!, eres decente. Despréndete de ese pelele, es memez de bebel. Ve de frente, mereces se te respete, se te deje beber, expeler semen, tenderte en el césped. Mereces se te revele el ser del éter celeste, se te eleve, se te deje emprender. El emprender es el eje del entender…
-Efrén se mece: es el deber del Jefe enfrente del descreer rebelde; teme le desherede, le eche del edén, le fleten de res, le llenen de herretes; Esther le embebe, se mete en él, le vence: “Tenerme en el césped… tenerme trece veces… excederte… es… es… excelente Efrén”.
De repente el éter emerge del celeste Jefe: “¡Ejem! ¡Dejen de entenebrecerme, seres febles! ¡Vermes! Refléjenme, venérenme, échense, desesperen. Les generé de heces en el retrete del desdén, les presté el verde edén. Les exenté de fenecer. Les estrellé el éter. Les enderecé el pesebre. Les enseñé el deber… ¡Me entenebrecen, seres herejes, les perderé! ¡Recelen! Efrén, desde este mes debes merecer el jerez. Te meteré vehemente sed. Este deber te merme, te reste, te cercene… Esther, eres gente terrestre, plebe de rebelde, te he de vencer. Desde el belem, Efrén te despeche, te cele, te frene…”
El Jefe les expele, les mete reveses dementes, el eje del edén cede, el templete se estremece, el verde se desprende, se ennegrece el vergel. Se les ve perder el esplendente ser: Esther envejece, Efrén precede. El brete es de meses, de repente entrevé en el celere presente encenderse el éter: es el Rebelde.
Oscar de la Borbolla